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Les Gimenologues
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Retour sur les femmes engagées dans le Groupe International à partir du témoignage d’Antoine
Charla à Barcelone à l’Hôtel Lloret le 30 mars à 19 H

Nous revoyons le séjour, parfois très bref, de dix femmes engagées dans le groupe International de la colonne Durruti, à partir du témoignage d’Antoine et avec quelques éléments nouveaux, dont la photo d’Augusta Marx.

Texte de la charla en castillan

Testimonio de Antoine Gimenez sobre las mujeres del G I en Pina de Ebro

"Pronto nuestro grupo fue el único en Pina que contaba entre sus filas a miembros del sexo femenino. Seis mujeres se ocupaban de la enfermería y de la cocina : Marthe, Madeleine, Simone, Augusta, Mimosa y Rosario. Dos de ellas, Marthe y Madeleine, convivían, respectivamente, con Pierre y Hans. A excepción de Simone Weil, que regresó a Francia, todas las demás se quedaron en España para siempre : Marthe, Mimosa y Augusta cayeron en Perdiguera".

Situamos estas palabras de Antoine a principios de octubre de 36.
En realidad, como lo vamos a ver, solo tres voluntarias – Augusta, Madeleine y Mimosa – se alistaron como enfermeras. Las demàs fueron milicianas combatientes
Dejaron todo para participar al proceso revolucionario en España.

No hemos identificado a «  Marthe », pero no hubo muchas voluntarias franceses que se fueron a España con su pareja : suponemos que se trata de Juliette Baudart o bien de Suzanne Hans, milicianas las dos, que llegaron a Pina desde Barcelona en el mismo convoy del 3 de octubre 1936 con sus compañeros : Roger Baudart y Louis Recoule. Los cuatros fueron fusilados por los franquistas el 16 de octubre durante el ataque del GI en Perdiguera.
Un testigo encontrado en Perdiguera en 2009 nos ha contado como asistió al la ejecución de las dos milicianas.
No sabemos casi nada de Juliette.

Fuimos contactados en 2008 por el sobrino de Suzanne, Jean Boyon, porque desde 1936 la familia no sabía donde y en cuales condiciones había fallecido. Gracias a testimonios encontrados en Perdiguera, se ha podido reconstituir los datos [Ver nuestro libro A Zaragoza o al charco y http://gimenologues.org/spip.php?article448] .
Jean nos comunicó fotos y cartas que Suzanne escribía todos los días de su breve estancia en el frente. Un extracto de la última sin fecha, sin duda del 8 de octubre.

"Queridos padres. Aún no tenemos noticias suyas porque tardan mucho en llegarnos. No he podido darles ninguna explicaciones porque hay censura en detalles. Hoy hemos avanzado bastante. hoy estamos en Farlete y a punto de atacar. […] voy bastante bien. No te preocupes y recibe muchos besos grandes de Suzanne y Louis".

Rosario fue la primera en llegar en la columna Durruti, y la última en quedar en el GI. Pensamos que Antoine nombra así a la miliciana Pepita Inglés, nacida en Cartagena. El 24 de julio salió con la Columna Durruti y participó en el primer intento de tomar Pina de Ebro el 26 de julio – donde fallece su compañero. Ella se quedó en el frente , dejando sus 2 niños en la retaguardia. Participó a la batalla de Perdiguera. Murió en la de Santa Quiteria el 13 de abril 37.
Hay muchos testimonios de su actuación – y de su muerte :

Antoine :
"Rosario se unió a nuestro grupo poco después de su constitución y se adjudicó las tareas más humildes y las más necesarias para nuestra formación. […]Nos seguía en todos nuestros desplazamientos. […] Cuando Pablo reorganizó nuestra unidad, le propuso agregarla al puesto de Mando, pero rehusó, porque los oficiales no le interesaban en absoluto. Rosario cogió un fusil y se integró en una compañía .[…]
Esa noche [12 de abril 37] había ocupado su puesto de guardia con los compañeros […].Me despertó el amanecer, justo a tiempo para ver algunas siluetas aproximándose a un cañón abandonado por el enemigo a un centenar de metros de nuestra trinchera. […] Rosario iba con ellos. Una cincuentena de hombres y una mujer aglutinados alrededor de la pieza para traerla a nuestras líneas. […] La tragedia se desató de forma imprevisible : desde los dos lados a la vez, vimos cómo surgían sombras que se precipitaron aullando sobre nuestros compañeros. […] Se luchaba cuerpo a cuerpo. Luego, se elevó una voz como una orden, dominando el ruido del combate : « Matadme, compañeros, fuego !… » Era la voz de Rosario… El ametrallador desplazó ligeramente el cañón de su arma y abrió fuego. Ya era de día cuando, cubiertos por nuestros disparos, toda la compañía de voluntarios se lanzaron a recuperar a nuestros muertos".

Lola Iturbe, del grupo Mujeres Libres, ha redactado una biografía de Pepita Inglés.
Según ella, Pepita se incorporó al principio al servicio de tanques de la columna Durruti :
"Se necesitaban mucha sangre fría y mucha voluntad para andar metidos en aquellos tórridos y asfixiantes camiones. […]
Unas semanas más tarde se realizó el ataque contra la ermita de Santa Quiteria. […] Durante un rudo combate, Pepita Inglés, que luchaba con un grupo de milicianos, se adelantó quedando bastante distanciada de ellos. Del frente enemigo avanzó un grupo de soldados gritando : « No disparéis, que nos pasamos con vosotros ! » Pepita Inglés corrió alborozada a su encuentro. Fue una celada. Eran fascistas que desarmaron y apresaron a la miliciana y, empujándola con las bayonetas, la llevaron prisionera hacia sus líneas. […] Un miliciano, al ver la imposibilidad de salvar a Pepita, lanzó sobre el parapeto fascista una bomba. Pasado el humo de la explosión, aparecieron sobre el terreno varios muertos : soldados fascistas, el miliciano que lanzó la bomba y Pepita Inglés".
In La mujer en la lucha social y en la guerra civil de España, 2012, Tierra de fuego/La Malatesta.

Tenemos tambien el testimonió del suizo Eddi Gmür en la misma batalla :
« Cayeron en una sucia trampa de los fascistas. Algunos gritaban : "¡Viva la República !" y nuestra Pepita, la única mujer que luchaba en nuestras filas, se puso delante de los fusiles de nuestros camaradas, que no se fiaban y querían disparar. Eso fue fatal para ella. Pepita cayó prisionera. Los otros se batieron hasta el final. Al día siguiente, un transfuga nos trajo la noticia de la ejecución de Pepita. También trajo sus prismáticos. Le ordenaron gritar "¡Arriba España !", pero gritó a los oficiales fascistas "¡Sois unos hijos de puta !" ».
Eddi Gmür, Journal d’Espagne in Pour le bien de la révolution, CIRA, Lausanne, 2006

Simone Weil llega el 14 de agosto en Pina. La filósofa de 27 años conocía ya algunos combatientes franceses del GI. Era pacifista, pero eso no le impidió alistarse como miliciana : :
"No me gusta la guerra ; pero lo que más me ha horrorizado siempre de la guerra es la situación de quienes se encuentran en la retaguardia. Cuando comprendí que a pesar de mis esfuerzos, yo no podía evitar participar moralmente en esta guerra, es decir, de desear todos los días, a todas horas, la victoria de unos, la derrota de otros, me dije que para mí París era la retaguardia, y cogí un tren para Barcelona con la intención de alistarme".

Y lo hizo efectivamente como lo describe Ridel :
"Es una miliciana a la que no le falta el valor y que exige participar en las expediciones de reconocimiento. Lo que no dejará de plantear algunos problemas a los animadores del GI. Simone no tiene ni idea del manejo de armas ; además es miope y lleva gafas de gruesos cristales".

Antoine escribó : « Tuvimos la desgracia de perder a Simone Weil que se quemó con el aceite hirviendo al querer hacer huevos fritos para el desayuno ».
El accidente se produjo el 20 de agosto, y sin duda le salvó la vida. Fue transladada al hospital de sangre, y despues a Sitges. Regresó a Francia en septiembre.
Redactó unos apuntes durante su estancia en España, que se publicaràn màs tarde en Francia. Se publicará tambien en 1953 su carta a Bernanos donde escribía en 1938 :
"Se parte como voluntario con ideas de sacrificio, y se cae en una guerra que parece una guerra de mercenarios, con mucha crueldad de más y con el sentido de la consideración hacia el enemigo de menos".

Nos parece interesante añadir este comentario del amigo Xavier Artigas :

"La corta participación de Simone Weil en el Grupo Internacional de la Columna Durruti quedó totalmente eclipsada por una carta que años más tarde mandaría al escritor monárquico Georges Bernanos. En ella, la filósofa compartía (en privado) un listado de ejemplos de supuestas crueldades llevadas a cabo por algunos de sus compañeros durante la guerra. Es importante insistir en que lo hizo en privado, ya que Weil nunca denunció ni quiso denunciar públicamente nada de lo que contaba en esta carta.
Existe el mito de que Weil, al ser testigo de estas prácticas, quedó profundamente decepcionada con el ideal anarquista.
Sin embargo, como bien apuntó su compañero Ridel, cuando Weil decidió alistarse al Grupo Internacional, ya era perfectamente consciente de lo que estaba ocurriendo en el bando republicano, tanto por lo que respecta a la persecución religiosa, como a las ejecuciones extrajudiciales. Nada de ello le cogió por sorpresa : Weil normalizaba, entendía o simplemente toleraba que este tipo de cosas pudieran ocurrir en un contexto bélico. No hay que olvidar que Weil siempre había reflexionado sobre la guerra y sabía separar muy bien la dimensión política del conflicto con la dimensión moral sobre el fenómeno de violencia (lo que ella llamaba la fuerza). Esta última es la que denuncia ante Bernanos.
Por lo que respecta a la dimensión política, Weil siguió apoyando incondicionalmente a los anarquistas españoles durante un buen tiempo después de volver de España. Lo hizo en actos públicos en los que aparecía vestida con el mono de miliciana o en artículos en la prensa. Parece ser que llegó a pedir a amigos suyos si podían robar armamento del arsenal de su ciudad para mandarlo a los anarquistas españoles. Weil también manifestó durante mucho tiempo que quería volver a Aragón para seguir luchando junto con sus compañeros.
La gran decepción que Weil experimentó posteriormente con respecto a la CNT no tiene nada que ver con la cuestión moral de la violencia. Fue más bien una decepción a nivel político, exactamente la misma que sintieron muchos de sus compañeros, incluídos los mismos Ridel y Carpentier : la constatación de que la burocracia anarquista había capitulado ante los estalinistas y, por tanto, traicionado la Revolución, especialmente después de la muerte de Durruti. Es en este sentido que Weil denuncia que la Guerra Civil se había convertido en una guerra entre potencias imperialistas : Alemania e Italia contra Rusia. Y es en este momento que perdió el interés en seguir participando de ella. El argumento del antifascismo no era suficiente para ella : Weil era, sobre todo, antitotalitaria".

Madeleine Gierth
El 20 de septiembre 1936, sale de Barcelona para el frente con su marido Hans Gierth y otros voluntarios extranjeros del DAS.
Es herida en los ataques del 19 y 21 de noviembre de 1936.
Viene a menudo a Barcelona para ocuparse de su marido herido, y de su niño que vivía en la calle Francolí.

Antoine dice que se encuentra con ella en Barcelona durante los hechos de mayo 37 : « Madeleine me presentó a varios de sus compatriotas. […] Entre los nombres de los compañeros que ella me presentó, uno llamó mi atención : Carl Einstein ».
Este historiador del arte había dejado la pluma por el fusil, y se había enrolado como técnico militar en el GI desde agosto de 1936. Despues se vió confiar la dirección técnica de la División Durruti.
Segun Antoine los bombarderos de Hitler mataron a Madeleine en uno de los raids sobre Barcelona.

Augusta Marx
Se encuentra su apellido en un formulario de la Generalitat de Catalunya :
« CCMA. Caserna Miguel Bakounín. « Augusta Marx. Infermera, SAP, 20 años ; de la Casa CNT FAI, seccion Alemanes. Allistament 28 (o 26 ?) IX 36. »
Augusta Marx, también llamada Trude, era una militante del Partido Socialista Obrero Alemán.
Antoine : "Augusta tenía 22 o 23 años. Sus padres estaban prisioneros en un campo y ella había huido de Alemania para refugiarse en Francia. Sin embargo, ante la imposibilidad de continuar sus estudios de medicina y la imposibilidad de encontrar trabajo, vino a España".

Manu Valentín ha encontrado cosas sobre ella :
"Como Ruth Goldstein, Augusta Marx, alias Trude, forma parte de aquellos refugiados que habían tenido que salir huyendo de Alemania perseguidos por su doble condición de judíos y militantes de izquierdas. Augusta, como casi todos los miembros comprometidos de su generación, vivió en su propia piel la experiencia de la cárcel. Militante socialista y colaboradora del Freiheit –órgano de prensa del Partido Socialista Alemán– se trasladará a Amsterdam donde vivirá bajo el amparo de las redes de apoyo de inmigrantes. A mediados de 1935 se trasladará a Barcelona. Un año después, con el estallido de la Guerra Civil, se alistará como enfermera en el GI de la Columna Durruti".

Despues de su muerte en Perdiguera, un artículo de La Batalla, el periódico del POUM del 5 de noviembre 36, nos ofrece una foto [de mala calidad] de una Trude sonriente. Dice el texto que, recién llegada de París,
« Augusta se había presentado el 12 de septiembre a la dirección del Grupo Internacional del POUM para incorporarse al frente como enfermera. Sus servicios médicos se estaban reorganizando y Trude, que tenía prisa por marcharse, recibió permiso para unirse a una columna de la CNT alemana que partía hacia el frente el 25 de septiembre ».

Hemos encontrado otro documento en aleman en los archivos de IISG Amsterdam (ver abajo) , aqui traducido :

"Documentos y datos
para una carta de protesta contra el asesinato de la enfermera Auguste (sic) Marx por parte de los rebeldes de Huesca.
La señorita Auguste Marx, hija de un comerciante, nacida el 4. 4 de 1916 en Nüremberg, de nacionalidad alemana, aprendiz de enfermera, fue ejecutada después de ser hecha prisionera por los rebeldes, en octubre de 1936 cerca de Zaragoza, junto con tres otras otras compañeras de nacionalidad francesa, mientras estaban llevando a cabo su actividad profesional." 
Fuente : Archivos IISG, FAI Propaganda exterior microfilm 3, hoja 334
No sabemos por quien fue escrito y a quien fue enviado.

Mimosa  : Georgette Brivady Ango, esposa Kokoczinski
Nació en 1907 en París. Su madre Léontine Brivady se separa de Robert Ango, y se casa en 1919 con Abel Désiré Perriau. Pero este hombre es alcohólico y muy brutal. A los 16 años Georgette abandonó el hogar familiar. Fue acogida por una pareja libertaria. Se unió libremente con el anarquista Fernand Fortin en 1924. Màs tarde, en 1928, formó parte, bajo el nombre artístico de Mimosa, de un grupo teatral que animaba reuniones y fiestas libertarias en la región parisina. Se casó con Michel Kokoczinski en 1931. Obtuvo su diplomo de enfermera.

El socialista francès André Barthélemy la conoció brevemente en julio de 1936 cuando viajaba por el Jura en bicicleta :
"Una pequeña mujer rubia, joven y frágil, llegó a mi casa una noche del pasado julio, chorreando agua, bajo una lluvia torrencial. […] Su marido joven periodista estaba al regimiento y ella desempleada. Nos habló de España y de los angustiosos acontecimientos que acababan de producirse allí. […] Cuando se enteró de mis opiniones comunistas, no pudo evitar reprocharme el neomilitarismo de mi partido, e intentó por un momento mostrarse persuasivamente pacifista contra mí. […] Partió, sin duda sola, hacia la España en llamas, como había partido sola por los caminos del Jura a través de las ruinas de su bello ideal pacifista".

Escribe esto en el periódico Le Franc Comtois 9 de enero 1937 cuando se enteró de su muerte :
« Ayer un shock : la foto de la frágil muchachita rubia, pálida y dulce, con la boina roja, enmarcada en negro en la revista del Comité Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, Mujeres, y la triste noticia : ¡Georgette Kokoczynski fue asesinada en el frente de Aragón ! ».

Georgette salió para España el 18 de septiembre alistada como enfermera ; de hecho se marchó sola. Al llegar a Barcelona, escribe desde el Lloret a Fernand Fortin :
« Mi moral està muy baja. Realmente me he tenido que destrozar para venir aqui. »

El tono va a ser el mismo a lo largo de su diario de 45 páginas copiadas tras su muerte por Fernand Fortin. Describe su estancia española con palabras particularmente conmovedoras. Reflejo de su profunda desesperación interior y de su melancolía. Es un documento raro.

Extractos
"He hablado mucho con los milicianos y lo que me han contado es terrible ; ¿cómo atreverse a escribirlo ? Estos hombres son unos valientes, me han dicho, pero me horrorizan, tienen las manos manchadas de sangre y he temblado al tenderles la mía. Han matado, aunque aquí todos han matado... para no ser muertos a su vez. Me estoy volviendo loca y no obstante soy valiente".

"La suerte está echada, yo también voy al frente, lo he pedido expresamente. Me temo que no regresaré jamás, pero eso no tiene ninguna importancia, mi vida ha sido siempre amarga y la felicidad es una quimera que carece de rostro. […] Quiero irme, ir allá donde quizás se olvide todo, allá donde seré la actividad que salva, donde tal vez se me querrá un poco".

Se nota su rechazo profundo de la violencia y su gran desconfianza hacia los hombres. Quizas pondremos esto en relación con lo que sufró por parte de su suegro. Constatamos que esta disposición de ánimo no encaja con lo que dice Antoine de ella : "Para mí eran Augusta y Mimosa unas adorables amigas. Mimosa había compartido mi « chabola ». […] Amaba la vida, el amor y la risa".

Sigue así Georgette en su diario :
"Milicianos franceses, satisfechos y orgullosos y contentos de sí mismos, me cuentan que en la ciudad de Barcelona se coge a la gente por la noche, apenas sospechosos de algo y sin juicio se les ejecuta. Hace algunos días murieron veinte personas de esta manera, conducidos hacia el Tibidabo".

A lo largo de los días todo le parece vano :
"Siete días ya viviendo esta existencia estúpida, monótona, en un hotel lujoso vacío e inútil. Realmente estoy enferma, débil y agotada. […] Quiero irme, ir allá donde quizás se olvide todo, allá donde seré la actividad que salva, donde tal vez se me querrá un poco".

Y cuando llega el día de la salida para el frente :
"Dios mío, estoy temblando, ahora soy roja, después estoy pálida y más tarde verde, como una sandía y temblando ; sin embargo, sabía que debía irme, me ofrecí, lo reclamé. […]Sí, me voy a ir y ahora tengo miedo, sabía que amaba a la vida que tanto daño me ha hecho... no sabía, no creía amarla hasta ese punto".

Sale de Barcelona en tren con otros voluntarios el primero de de octubre :
"El sábado salimos del cuartel de Pedralbes, éramos unos cuarenta. […] Mis compañeros son ruidosos, borrachos, sucios, y sin el menor pudor moral. […] Es muy peligroso ser mujer y lo observo en sus miradas cargadas de sentimientos turbios, en sus palabras obscenas y además en las amenazas apenas veladas que me han dirigido".

Georgette llega en Pina en el 2 de octubre :
"Nuestro cuartel está instalado en una vieja casa de la plaza. Los milicianos están por todas partes y se oye hablar en todas las lenguas ; los hombres me miran y las escasas mujeres, viejas campesinas, que se han quedado, se quedan asombradas de verme y en su semblante parece reflejarse la compasión. Tan pronto llegamos me fui al hospital para conocer a los médicos y enfermeras y recibir órdenes. […]
En el frente nos ponemos enseguida a la tarea de desmonta para construir nuestras casamatas. […] Es preciso rivalizar en fuerza con los hombres, hacerlo tan bien y tan rápido como ellos, necesito que todos ellos olviden que soy una mujer. Me entrego a la tarea lo mejor que puedo, porque ya las provocaciones se multiplican y los odios germinan, parece que sería suficiente guardar las distancias y ser camarada de todos, pero, por desgracia, estoy sola y soy mujer y ¡¡ellos son doscientos !!"

Constatamos que no habla de sus compañeros o compañeras del GI. Pero faltan páginas de su diario.

Escribe sus ùltimas palabras, dejando una frase interrumpida :
"Llueve. Dormimos al azar, amontonados. Me encontré un colchón, sola en una estancia, esperando estar tranquila, pero la decepción no se hizo esperar, pronto se oyeron roces en la puerta y me he parapetado con todo lo que pude encontrar.
Todo lo que el Hombre tiene de repugnante, está en…"

Muere el 16 de octubre de 36, con Augusta, Suzanne et Juliette.

La batalla de Perdiguera : el testimonio de Antoine

"En la granja, las enfermeras se afanaban alrededor de los heridos y de los moribundos. Por fin, Berthomieu regresó. Rápidamente me hizo un resumen de la situación : estábamos prácticamente cercados. Era necesario comenzar a replegarnos. […] Ya sólo quedábamos una media docena y dos enfermeras. Les dije que teníamos que irnos, pero se negaron a abandonar a los heridos".

Los últimos milicianos solo pudieron refugiarse en una granja con troneras :

"Gracias a esos agujeros, podíamos detener la aproximación a nuestro reducto por todos lados. […] ¿Qué íbamos a hacer ? ¿Aguantar hasta el último cartucho o hasta el último hombre ? ¿Izar bandera blanca o dejarse matar allí mismo ? Una minoría era partidaria de rendirse. Estábamos a punto de contar a los que estaban contra la rendición, cuando un rosario de imprecaciones y juramentos, acompañados de disparos, nos interrumpió.
Cerdos, « hijos de puta », asesinos, « verdugos », figli di puttana...Nos precipitamos a las troneras. Creí volverme loco, cerré los ojos, sintiendo que el estómago me saltaba a la boca. Tenía ganas de vomitar.Allá abajo, entre el polvo, dos cuerpos yacían ensangrentados ;con el vientre abierto, los intestinos salían por la herida abierta y se extendían por el suelo. Estaban desnudas y todavía vivían... Sus manos trataban de sostener sus intestinos. Augusta... Mimosa... Alguien me apartó de la tronera : era Cartagena, al cual vi apoyar su fusil en el hombro y escuché dos detonaciones... Era el final... Yo lloré... Y no era el único".

La desaparición de Mimosa afectó a muchos camaradas. Parece que las atroces condiciones de su muerte y la de Augusta, tal como las relata Antoine, no fueron precisamente conocidas por el Grupo. Se dice que fueron fusiladas o murieron durante la voladura de un hangar, según el informe elaborado a partir del testimonio de desertores franquistas.
Pero en LVG del 11 de noviembre de 1936 (p. 2) se escribe que « fue hecha prisionera por los moros en el interior de una casa » : y se sabe lo que a menudo occurría despues… » :

« CONSEJO DE SANIDAD DE GUERRA
Un acto de barbarie fascista
Recientemente la barbarie de los fascistas ha dado una muestra más de lo que es capaz. Ni la cruz de Sanidad, el signo noble ante el cual se neutralizan todos los odios, ha podido detener el empuje y el desesperado atacar de los facciosos. La enfermera Georgette Kokoeznynsgy [sic] fue hecha prisionera por los moros en el interior de una casa, en las avanzadas, donde se hallaba curando a los heridos de mayor gravedad. La acompañaba otra enfermera llamada Augusta Marx, que compartía con ella las angustias y el procurar los auxilios a los defensores de la causa del pueblo.
Las dos prisioneras fueron fusiladas y lanzadas en un pajar, en el que estaban escondidos unos cuantos milicianos. Los fascistas y los moros prendieron fuego al mencionado pajar cometiendo con este acto una de las salvajadas a que estamos acostumbrados, pero que no deja de indignarnos cada vez que se repiten. La misma suerte corrieron otras compañeras enfermeras que se hallaban en el pajar.
Así lo atestiguan legionarios del Tercio Sanjurjo, que llegaron al pueblo de Perdiguera la mañana| del día 17 de octubre, y que presenciaron la salvajada. Estos legionarios y soldados desertaron pasando a nuestras filas cuando copamos el pueblo, y como testigos presenciales nos contaron la desdichada suerte que corrieron estas compañeras.
Nuestra indignación ante la pasividad del mundo que nos contempla, es enorme. Y ante él protesta el Consejo de Sanidad de Guerra ».

Los compañeros que conocían a Mimosa crearon en Barcelona un grupo de la FAI que lleva su nombre, y al mismo tiempo simboliza el sacrificio de las mujeres extranjeras caídas por la España antifascista.
El grupo Mimosa de la FAI tenía muy pocos miembros : media docena en julio de 1937. Se había instalado en el barrio de Gracia

En el GI quedaràn despues de Perdiguera : Madeleine Gierth, Pepita Inglés, Thérèse Bardy, Leopoldina Kukes. Hay que añadir a Clara Thalmann, que se alistó en el Grupo de enero a marzo de 1937.
Con ella, fueron (que sepamos) diez mujeres identificadas en el GI.

Bardy Thérèse  : Esta francesa salió de Barcelona el 20 de septiembre 36 – en el mismo convoy que Madeleine. Sigue siendo en el frente despues de Perdiguera, segun la « Lista de Franceses llegados a España despues del 19 de julio de 1936", entregada el 18 de octubre de 1938 por la Sección Francesa de Propaganda CNT-FAI.

Hubo tambien la Austriaca Leopoldine Kukes, nacida el 14 09 1910, segun una lista de voluntarios que se iban al frente en noviembre de 36. Parece que haya venido al frente con su hermano Adolf, nacido el 20 07 1902. Ver https://richardbaxell.info/rgaspi/
Sale del GI el 4 de enero 1937.

Clara Thalmann  : Antoine no habla de ella. Sin duda no la conoció.
Clara llegó a Barcelona en julio de 36 para participar a las Olimpiadas antifascistas. Decidió quedarse en España y se alistó en la Columna Ortiz-Sur Ebro a La Zaida. Se marchó en septiembre y regresó en enero 37 al frente de Aragon, esta vez en el GI, con los Alemanes del DAS.
Era el momento en que las mujeres eran expulsaba de las milicias. Michaelis escribe el 3 de febrero de 1937 :
« Manzana recuerda que las mujeres que están en el frente desde el principio pueden quedarse (a menos que la ley cambie), pero que las recién llegadas deben irse. El caso de Clara Thalmann no se ve afectado ».

Clara quitó el GI el 8 de marzo de 37 para ir a Barcelona donde fue arrestada por los estalinistas.
En todas las fuentes escritas, ella aparece como una mujer independiente y abierta, siempre capaz de tomar sus propias decisiones. Así, luchar en España como mujer no era sólo luchar contra el fascismo, sino también contra los prejuicios patriarcales, prejuicios compartidos no sólo por el enemigo sino también en las filas amigas.
Clara Thalmann fue una de las pocas mujeres combatientes internacionales en la zona de batalla, ya que a menudo eran desplegadas como conductoras de ambulancias, enfermeras o cocineras. Pero Clara dejó huella, incluso cuando las mujeres tenían prohibido participar en combate.

Ver Sill, coord. Solidarias, 2022 : « La Rubia » Clara Thalmann, una luchadora suiza dividida entre la libertad y la asignación de género ».
Ver el libro Viviendo la revolución del 36, Clara y Pavel Thalmann en la revolución libertaria. Ediciones Descontrol, 2020. Traducción&notas Fernando Sánchez Grassa [Fallecido en 2019].

Les giménologues, 23 mars 2023



Texte de la charla 146.9 kio / PDF